Chavistas, opositores, apolíticos y pueblo en general no dudan en esta triste realidad: El Siglo perdió la brújula editorial otrora vocero de los males de la colectividad, es hoy un poco de papel repleto de letras y carente de conceptos.
El declive en las ventas no es más que el termómetro de que el producto que se vende en la calle no llena las expectativas informativas del lector, pues nada se le informa.
La queja de los poco periodistas que allí laboran es el sesgo o 'tijerazo' diario que sufren sus notas y reportajes.
Además de la eliminación total de las páginas que le interesan al pueblo, la semana pasada El Siglo le abrió las puertas a los oligarcas regionales, aquellos grandes empresarios que se sumaron al golpe de 2002 y cuyos intereses particulares no son más que aumentar sus incuantificables fortunas logradas a costilla del obrero.
Así las cosas, con una política editorial incomprensible, los latigazos que a diario sufren los comunicadores sociales al ver sus trabajos manipulados y la total negativa del directivo que dirige los destinos de este periódico en reconocer la deuda socio económica que tiene El Siglo con sus empleados, este medio se viene a pique y los centenares de ejemplares que los quioscos devuelven por no venderse es el alto precio que está pagando El Matutino de los Valles de Aragua que retrocedió décadas en el desarrollo comunicacional que venía ocurriendo hasta principios de 2007, fecha en la cual fue tomada su sede por órdenes de Didalco Bolívar y distorsionada como hasta el presente su línea editorial.
En ese sentido los propios dueños de kioskos y ventas de periódico se quejan del montón de ediciones que se les quedan frías pues, la gente prefiere ahora leer Ultimas Noticias, El Universal o cualquier otro medio nacional.
Es que Didalco sabía que de un momento a otro le mostraría los colmillos al proceso revolucionario y entre todos los medios de comunicación social impreso, radial y audiovisual que maneja en Aragua solo le quedaba El Siglo como único contralor y denunciante de su terrible gestión gubernamental.
La estrategia a seguir por este gobernante fue la de aprovechar las carencias profesionales y personales de quien hoy dirige El Siglo para lograr un contubernio y así convertir las páginas del que fuera el más prestigioso diario del centro del país en cómplices silentes de sus desafueros políticos.
A El Siglo el pueblo de Aragua ni lo compra ni lo vende, nada hay que leer pues se asemeja a los periódicos que en la actualidad forman parte de los bienes materiales de Didalco Bolívar.
Por cierto que la última orden del actual director de El Siglo - quien de director y editor solo tiene el nombre - ha sido la cancelación de futuras rifas de vehículos último modelo so pretexto de que "ya el siglo le cumplió al pueblo", la tradición de estas rifas fue obra de su extinto padre el ingeniero Tulio Randolfo Capriles Hernández, a quien sí le dolía el pueblo maracayero y gustaba de festejarlos y agradecerles con varias rifas anuales de vehículos su apoyo incondicional al diario. Se acabó la alegría, a El Siglo Ni lo Compran Ni lo Venden los aragüeños.
El declive en las ventas no es más que el termómetro de que el producto que se vende en la calle no llena las expectativas informativas del lector, pues nada se le informa.
La queja de los poco periodistas que allí laboran es el sesgo o 'tijerazo' diario que sufren sus notas y reportajes.
Además de la eliminación total de las páginas que le interesan al pueblo, la semana pasada El Siglo le abrió las puertas a los oligarcas regionales, aquellos grandes empresarios que se sumaron al golpe de 2002 y cuyos intereses particulares no son más que aumentar sus incuantificables fortunas logradas a costilla del obrero.
Así las cosas, con una política editorial incomprensible, los latigazos que a diario sufren los comunicadores sociales al ver sus trabajos manipulados y la total negativa del directivo que dirige los destinos de este periódico en reconocer la deuda socio económica que tiene El Siglo con sus empleados, este medio se viene a pique y los centenares de ejemplares que los quioscos devuelven por no venderse es el alto precio que está pagando El Matutino de los Valles de Aragua que retrocedió décadas en el desarrollo comunicacional que venía ocurriendo hasta principios de 2007, fecha en la cual fue tomada su sede por órdenes de Didalco Bolívar y distorsionada como hasta el presente su línea editorial.
En ese sentido los propios dueños de kioskos y ventas de periódico se quejan del montón de ediciones que se les quedan frías pues, la gente prefiere ahora leer Ultimas Noticias, El Universal o cualquier otro medio nacional.
Es que Didalco sabía que de un momento a otro le mostraría los colmillos al proceso revolucionario y entre todos los medios de comunicación social impreso, radial y audiovisual que maneja en Aragua solo le quedaba El Siglo como único contralor y denunciante de su terrible gestión gubernamental.
La estrategia a seguir por este gobernante fue la de aprovechar las carencias profesionales y personales de quien hoy dirige El Siglo para lograr un contubernio y así convertir las páginas del que fuera el más prestigioso diario del centro del país en cómplices silentes de sus desafueros políticos.
A El Siglo el pueblo de Aragua ni lo compra ni lo vende, nada hay que leer pues se asemeja a los periódicos que en la actualidad forman parte de los bienes materiales de Didalco Bolívar.
Por cierto que la última orden del actual director de El Siglo - quien de director y editor solo tiene el nombre - ha sido la cancelación de futuras rifas de vehículos último modelo so pretexto de que "ya el siglo le cumplió al pueblo", la tradición de estas rifas fue obra de su extinto padre el ingeniero Tulio Randolfo Capriles Hernández, a quien sí le dolía el pueblo maracayero y gustaba de festejarlos y agradecerles con varias rifas anuales de vehículos su apoyo incondicional al diario. Se acabó la alegría, a El Siglo Ni lo Compran Ni lo Venden los aragüeños.