YMV- El Huracán
.- Lo supimos desde un principio pero no lo quisimos creer. La confabulación política que tramó Caín Capriles para apropiarse ilegalmente del diario El Siglo, y consecuentemente decretar el terrorismo laboral entre los empleados completó su número de piezas con el propio Ministerio del Poder Popular para el Trabajo (Mintra).
.- Todos deben recordar que fueron los trabajadores lanzados a la calle quienes acudieron en busca de ayuda. Y en la capital – nodriza de las instituciones públicas – encontraron lo que tanto necesitaban: los oídos pacientes de los representantes del Mintra.
.- La oportunidad se presentó en la recordada marcha en conmemoración a los hechos del 4 F.
.- Allí estaba, con su barba profusa y actitudes de chamo peleón el director general de Relación Laboral, José Gregorio Villarroel.
.- Villarroel oyó el drama que desde la noche del 26 de enero sufrían los trabajadores de El Siglo, golpeados, insultados, humillados y degradados por orden de Caín Capriles, ejecutada por la Policía de Didalco Bolívar.
.- Prometió el líder laboral acudir el martes 06 de febrero en operativo sorpresa a la sede de el siglo para, “con mis propios ojos ver lo que está pasando allí”. Surgió entonces la promesa de no revelar la misión a fin de que la realidad no fuese alterada por algún interés.
.- Así fue. Junto a una comisión especial del Mintra, Villarroel cayó en el siglo tipo comando, de sorpresa, a eso de las dos de la tarde del 6F.
.- Vio – como era el objetivo – a decenas de trabajadores de el siglo sentados en el piso, en banquetas o ladrillos, quemados por el sol, comiendo de una bandeja de aluminio, en las afueras del edificio azul, rodeado de muchos Polididalcos quienes impedían su entrada.
.- Villarroel se presentó ante todos, ubicándose bajo uno de los toldos allí improvisados, escuchó nuevamente las quejas, la calamidad y la angustia que todos sentían de ver su empresa cerrada y saberse impotentes de hacer algo.
.- A la vez brindó esperanza, “no todo está perdido” – comentaban los compañeros. El representante del Mintra y su comitiva decidió entrar al irreconocibe edificio azul.
.- Las informaciones que se filtraban indicaban que el autor del atropello contra los más de doscientos trabajadores de el siglo no se encontraba en el lugar, el hombre había huído.
.- El Mintra le dio plazo hasta las 3:30 p.m., para presentarse y dar la cara.
.- Pero, ¿Qué pasó en el ínterin de la espera?. Uno de los consultores jurídicos salió a explicar la decisión de esperar a Caín Capriles, y luego siguió caminando hacia la avenida Bolívar en busca de un restaurante pues, a esa hora no habían almorzado.
.- Algunos trabajadores le indicaron que cerca quedaba La Mina, donde venden pollo en brasa.
.- Unos minutos más tarde el abogado regresó, cargado con varias bolsas de pollo, y entró nuevamente a el siglo…
.- Transcurrida la hora fijada, Villarroel salió al estacionamiento exterior a conversar una vez más con los trabajadores. “Ya el señor Tulio Capriles llegó”, manifestó. “Necesitamos nombrar una comisión de representantes de los trabajadores para que participen en la mesa de diálogo con los representantes de la empresa y el Mintra”.
.- Cinco trabajadores fueron elegidos por sus compañeros, entraron a la reunión planificada en la oficina de fondo del segundo piso.
.- Allí estaban algunos de los compañeros que – por razones que solo ellos saben – se ubicaron a favor de la barbarie impuesta por TC.
.- Llegó también la madre de TC, y el personaje clave de esta historia: Mario Valdez.
.- Mario Valdez actuó como abogado de Tulio Capriles y nunca, pero nunca dudó en hacer ver a los presentes en esta crucial reunión que es “amigo de hace muchos años de José Gregorio Villarroel”.
.- En plena discusión, el mismo Villarroel expresó opiniones que demostraban su amplio conocimiento del conflicto de el siglo, e invariablemente asumió una postura que rayó en la parcialidad ubicándose en el lado de TC.
.- Sin embargo su ánimo de mediar y conciliar era evidente, de allí que propuso la firma de un convenio entre las partes cuyo principal punto fue: la salida de la Policía de Didalco Bolívar de la sede de el siglo, y el reestablecimiento inmediato de las actividades normales en la empresa con restitución íntegra de los puestos a sus trabajadores, sin desmejora de ningún tipo.
.- Creyeron todos que el fin del conflicto había llegado. Al día siguiente todos llegaron puntualmente a su recién recuperada empresa, había tensa calma pero apenas era el comienzo de la opresión.
.- Tulio Capriles Mendoza permitió durante esos días siguientes la presencia dentro de la empresa de los Polididalco, amedrentando así a los trabajadores.
.- Impuso la presencia masiva de sus escoltas – la mayoría de ellos con cuentas pendientes – armados y a la expectativa de amenazar y maltratar a los empleados.
.- Muchos trabajadores fueron cambiados de sus puestos a otros de menos responsabilidad, a otros les impedían cumplir con sus funciones con artimañas tan absurdas como la de cerrarles las puertas a sus oficinas.
.- El veto, la censura y los tijerazos a los trabajos presentados por los periodistas comenzó desde el mismo día 07 de febrero, violándose flagrantemente el convenio de Villarroel.
.- Hubo amenazas de muerte, persisten en la actualidad los acosos sexuales, el terrorismo laboral por medio de despidos injustificados y toda clase de vagabunderías que los ayudantes de Tulio Capriles se encargan de materializar como es el caso del jefe de personal, Angel Valerio Gómez y su cuerpo armado privado conocido como los OTC.
.- Nunca se respetó el convenio, y el propio Villarroel lo sabe ¿Acaso este funcionario es indiferente al drama que actualmente sigue viviendo cada trabajador que le ha entregado muchos años de su vida a esta empresa de comunicación?
.- ¿Es que el poder oligárquico como el que emana los poros de Caín Capriles Mendoza pesa más que el derecho de todo un pueblo representado en los trabajadores de el siglo?
.- ¿Seguimos en nuestro país sumergidos en los vicios de un Ministerio del Trabajo corrupto y servil a los intereses patronales?
.- Lo supimos desde un principio pero no lo quisimos creer. La confabulación política que tramó Caín Capriles para apropiarse ilegalmente del diario El Siglo, y consecuentemente decretar el terrorismo laboral entre los empleados completó su número de piezas con el propio Ministerio del Poder Popular para el Trabajo (Mintra).
.- Todos deben recordar que fueron los trabajadores lanzados a la calle quienes acudieron en busca de ayuda. Y en la capital – nodriza de las instituciones públicas – encontraron lo que tanto necesitaban: los oídos pacientes de los representantes del Mintra.
.- La oportunidad se presentó en la recordada marcha en conmemoración a los hechos del 4 F.
.- Allí estaba, con su barba profusa y actitudes de chamo peleón el director general de Relación Laboral, José Gregorio Villarroel.
.- Villarroel oyó el drama que desde la noche del 26 de enero sufrían los trabajadores de El Siglo, golpeados, insultados, humillados y degradados por orden de Caín Capriles, ejecutada por la Policía de Didalco Bolívar.
.- Prometió el líder laboral acudir el martes 06 de febrero en operativo sorpresa a la sede de el siglo para, “con mis propios ojos ver lo que está pasando allí”. Surgió entonces la promesa de no revelar la misión a fin de que la realidad no fuese alterada por algún interés.
.- Así fue. Junto a una comisión especial del Mintra, Villarroel cayó en el siglo tipo comando, de sorpresa, a eso de las dos de la tarde del 6F.
.- Vio – como era el objetivo – a decenas de trabajadores de el siglo sentados en el piso, en banquetas o ladrillos, quemados por el sol, comiendo de una bandeja de aluminio, en las afueras del edificio azul, rodeado de muchos Polididalcos quienes impedían su entrada.
.- Villarroel se presentó ante todos, ubicándose bajo uno de los toldos allí improvisados, escuchó nuevamente las quejas, la calamidad y la angustia que todos sentían de ver su empresa cerrada y saberse impotentes de hacer algo.
.- A la vez brindó esperanza, “no todo está perdido” – comentaban los compañeros. El representante del Mintra y su comitiva decidió entrar al irreconocibe edificio azul.
.- Las informaciones que se filtraban indicaban que el autor del atropello contra los más de doscientos trabajadores de el siglo no se encontraba en el lugar, el hombre había huído.
.- El Mintra le dio plazo hasta las 3:30 p.m., para presentarse y dar la cara.
.- Pero, ¿Qué pasó en el ínterin de la espera?. Uno de los consultores jurídicos salió a explicar la decisión de esperar a Caín Capriles, y luego siguió caminando hacia la avenida Bolívar en busca de un restaurante pues, a esa hora no habían almorzado.
.- Algunos trabajadores le indicaron que cerca quedaba La Mina, donde venden pollo en brasa.
.- Unos minutos más tarde el abogado regresó, cargado con varias bolsas de pollo, y entró nuevamente a el siglo…
.- Transcurrida la hora fijada, Villarroel salió al estacionamiento exterior a conversar una vez más con los trabajadores. “Ya el señor Tulio Capriles llegó”, manifestó. “Necesitamos nombrar una comisión de representantes de los trabajadores para que participen en la mesa de diálogo con los representantes de la empresa y el Mintra”.
.- Cinco trabajadores fueron elegidos por sus compañeros, entraron a la reunión planificada en la oficina de fondo del segundo piso.
.- Allí estaban algunos de los compañeros que – por razones que solo ellos saben – se ubicaron a favor de la barbarie impuesta por TC.
.- Llegó también la madre de TC, y el personaje clave de esta historia: Mario Valdez.
.- Mario Valdez actuó como abogado de Tulio Capriles y nunca, pero nunca dudó en hacer ver a los presentes en esta crucial reunión que es “amigo de hace muchos años de José Gregorio Villarroel”.
.- En plena discusión, el mismo Villarroel expresó opiniones que demostraban su amplio conocimiento del conflicto de el siglo, e invariablemente asumió una postura que rayó en la parcialidad ubicándose en el lado de TC.
.- Sin embargo su ánimo de mediar y conciliar era evidente, de allí que propuso la firma de un convenio entre las partes cuyo principal punto fue: la salida de la Policía de Didalco Bolívar de la sede de el siglo, y el reestablecimiento inmediato de las actividades normales en la empresa con restitución íntegra de los puestos a sus trabajadores, sin desmejora de ningún tipo.
.- Creyeron todos que el fin del conflicto había llegado. Al día siguiente todos llegaron puntualmente a su recién recuperada empresa, había tensa calma pero apenas era el comienzo de la opresión.
.- Tulio Capriles Mendoza permitió durante esos días siguientes la presencia dentro de la empresa de los Polididalco, amedrentando así a los trabajadores.
.- Impuso la presencia masiva de sus escoltas – la mayoría de ellos con cuentas pendientes – armados y a la expectativa de amenazar y maltratar a los empleados.
.- Muchos trabajadores fueron cambiados de sus puestos a otros de menos responsabilidad, a otros les impedían cumplir con sus funciones con artimañas tan absurdas como la de cerrarles las puertas a sus oficinas.
.- El veto, la censura y los tijerazos a los trabajos presentados por los periodistas comenzó desde el mismo día 07 de febrero, violándose flagrantemente el convenio de Villarroel.
.- Hubo amenazas de muerte, persisten en la actualidad los acosos sexuales, el terrorismo laboral por medio de despidos injustificados y toda clase de vagabunderías que los ayudantes de Tulio Capriles se encargan de materializar como es el caso del jefe de personal, Angel Valerio Gómez y su cuerpo armado privado conocido como los OTC.
.- Nunca se respetó el convenio, y el propio Villarroel lo sabe ¿Acaso este funcionario es indiferente al drama que actualmente sigue viviendo cada trabajador que le ha entregado muchos años de su vida a esta empresa de comunicación?
.- ¿Es que el poder oligárquico como el que emana los poros de Caín Capriles Mendoza pesa más que el derecho de todo un pueblo representado en los trabajadores de el siglo?
.- ¿Seguimos en nuestro país sumergidos en los vicios de un Ministerio del Trabajo corrupto y servil a los intereses patronales?