CHINOS DUEÑOS DE SUPERMERCADOS HACEN FIESTA A COSTILLA DEL PUEBLO

YMV- El Huracán

Ya no es solo porque manejan el monopolio de la venta en montón de comestibles y productos básicos de la canasta alimenticia, sino que la mayoría de los chinos dueños de supermercados en Maracay imponen su “código oriental” a la hora de venderle al pueblo la comida.
En sitios como Supermercado Ali Fung de La Coromoto simplemente el comprador está sujeto a los famélicos chinos propietarios a quienes no les importa que los anaqueles se hayan convertido en madriguera de ratas y éstas pululen por cualquier pasillo. Probablemente esto se deba a que en su cultura los oriundos de Asia utilicen este roedor como ingrediente básico en sus ‘exóticos’ platillos.
En su recorrido por los pasillos de dicho local el consumidor o consumidora es perseguido y vigilado con desconfianza por la mirada sigilosa de decenas de guardianes, jaletes y por supuesto, por cualquier miembro del inmenso clan chino que allí prácticamente pernocta.
La desconfianza es tal que ni siquiera las sufridas cajeras pueden darse el tupé de ir al baño en su turno de trabajo, a menos que su antipático supervisor se lo permita.
Si algún comprador se atreve a pagar con cesta ticket el cambio máximo que paga el supermercado Alí Fung es de mil bolívares (Bs. 1000,oo). Si el vuelto es mayor le obligan a comprar algún otro producto aunque no lo requiera pero son incapaces de darle un cambio de mil 200 ó mil 500 bolívares, a excepción de que alguna cajera solidaria le ‘haga la segunda’ aprovechando algún raro descuido asiático.
La dictadura de estos orientales tiene su máxima expresión a la hora de dirigir los carritos llenos del mercado quincenal a las cajas. ¡Vaya travesía!, empujones, malos tratos por parte del personal y colas inanguantables es lo que nos espera cada día.
Es que son tan abusadores estos señores que el personal no les dura y cada semana hay una o dos cajeras nuevas, que reciben poco entrenamiento y muchos regaños, lo que se traduce en pésimo servicio al usuario.
¿Para qué quejarse?, piensan algunos maracayeros. De nada vale levantar una queja porque estos empresarios extranjeros nada harán para remediar el caos, no les importa lo que usted o yo pensemos pues, tienen el control de los alimentos en la ciudad no se sabe por qué razón y gozan de seguridad policial a cambio de unos cuantos kilos de carne y jamón.
Así que para qué pensar en Indecu si ellos tienen el control en sus manos y el pueblo como borrego se come lo que ellos quieren…